Puedes compartir tus experiencias personales para ayudar a otras personas en su vida y aconsejarlas
miércoles, 20 de octubre de 2010
Al fin en casa...

Mi familia tenía muchas esperanzas altas en mí, la mayor de todos los hijos. Pero cuando era niña no los entendía. Observé la clase de tratamiento las mujeres recibían en mi familia. Casi no eran seres humanos; eran más bien máquinas que trabajaban pero que nunca hacían las cosas muy bien. Como consecuencia, yo hice lo que me parecía correcto. Era una estudiante ejemplar y siempre había obtenido los puntajes más altos durante casi toda mi secundaria. Y me gradué de la universidad con honores dobles. Sin embargo, esto no bastaba. Esto solo no parecía agradar a mis padres.
Había crecido en la iglesia, pero esto era sólo otro deber más que tenía que hacer. Casi toda la gente de mi familia era “cristiana durante las mañanas de cada domingo” y me prometí a mí misma que tan pronto como pudiera decir “no”, cesaría de asistir. Y tan pronto como me alejé de mi hogar, paré de ir a la iglesia.
Entonces mi vida se llenó de amigos que no necesitaba y las esperanzas que conocía de niña no existían más. Pero esto no era lo que quería.
Lo que cambió mi vida no fue algo extraordinario, pero algo inesperado. Fueron dos comentarios simples: uno de mi hermana menor y otro de mi hermano. Esto sucedió casi cuatro años atrás, pero sigo escuchando las mismas palabras en mi corazón.
Mi hermana me dijo, “Estás buscando amor en todos los lugares equivocados.” Y mi hermano me dijo, “No sé qué haces los viernes y los sábados en la noche, pero quisiera que vinieras conmigo a la iglesia el domingo.”
No podía parar de pensar en esas palabras. Sabía que las palabras de mi hermana eran verdaderas y sabía que tenía que ir a la iglesia, aún si era solamente porque mi hermano me lo había pedido. Ahora podía ver algo diferente en las vidas de mis hermanos, algo que deseaba tener. Ellos tenían paz.
Aprendí que esta paz provenía de sus relaciones con el Padre Celestial que ni hería ni pegaba. Él era un Dios quien conocía todo acerca de ellos: conocía cada herida que ellos habían sufrido, cada gozo y cada secreto. Dios les amaba completamente y había enviado a Su Hijo Jesucristo para que pudiera tener una relación con ellos. Aprendí que Dios me amaba a mí también.
Ese año regresé a la iglesia con una nueva visión. No lo hice por deber u obligación. Era la oportunidad de escoger entregar mi vida a Dios. Hice una oración similar a esta:
“Señor Jesús, quiero conocerte personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi vida y te pido que entres en ella como mi Señor y Salvador. Toma el control de mi vida. Gracias por perdonar mis pecados y por darme la vida eterna. Hazme la clase de mujer que deseas de mí.”
Ahora sé que soy creada a Su imagen, y soy perfecta en Sus ojos. Él es el padre y la madre que encuentro en casa. Me escucha, se ríe conmigo, llora conmigo, y me abraza y consuela cuando nadie más puede.
Estoy agradecida al ver hacia atrás y observar la persona quien era, y al ver cómo Dios ha cambiado mi vida estos últimos cuatro años. ¡Es difícil creer que era una persona callada y cerrada, con ninguna motivación o empuje en la vida! Mi corazón está lleno de amor (siempre lo ha estado) pero nunca había podido compartirlo hasta que entregué todas mis dificultades a Dios.
martes, 19 de octubre de 2010
viernes, 15 de octubre de 2010
miércoles, 13 de octubre de 2010
Solo tengo 17 años
El día de mi muerte fue tan común como cualquier otro día de mis estudios escolares. Hubiera sido mejor que me hubiera regresado como siempre en el autobús, pero me molestaba el tiempo que tardaba en llegar a casa.
Recuerdo la mentira que le conté a mamá para que me prestara su automóvil; entre los muchos ruegos y súplicas, dije que todas mis amigas manejaban y que consideraría como un favor especial si me lo prestaba.Cuando sonó la campana de las 2:30 de la tarde para salir de clases, tiré los libros al pupitre porque estaría libre hasta el otro día a las 8:40 de la mañana.
Corrí eufórica al estacionamiento a recoger el auto, pensando sólo en que iba a manejar a mi libre antojo.
¿Cómo sucedió el accidente?, eso no importa.
Iba corriendo con exceso de velocidad me sentía libre y gozosa disfrutando del correr del auto.
Lo último que recuerdo es que rebasé a una anciana, pues me desesperó su forma tan lenta de manejar.
Oí el ensordecedor ruido del choque y sentí un tremendo sacudimiento. Volaron fierros y pedazos de vidrio por todas partes, sentía que mi cuerpo se volteaba al revés y escuché mi propio grito.
De repente desperté, todo estaba muy quieto y un policía estaba parado junto a mí, también vi un doctor.
Mi cuerpo estaba destrozado y ensangrentado, con pedazos de vidrio encajados por todas partes; cosa rara, no sentía ningún dolor.
¡Hey, no me cubran la cabeza con esta sábana! no estoy muerta. Sólo tengo 17 años, además tengo una cita por la noche, tengo que crecer y gozar una vida encantadora, ¡no puedo estar muerta!
Después me metieron en una gaveta. Mis padres tuvieron que identificarme, lo que más me apenaba es que me vieran así, hecha añicos.
Me impresionaron los ojos de mamá cuando tuvo que enfrentarse a la más terrible experiencia de su vida. Papá envejeció de repente cuando le dijo al encargado del anfiteatro: "Sí, ése es mi hijo".
El funeral fue una experiencia macabra; vi a todos mis parientes y amigos acercarse a la caja mortuoria; uno a uno fueron pasando con los ojos entristecidos.
Algunos de mis amigos lloraban, otros me tocaban las manos y sollozaban al alejarse.
¡Por favor, que alguien me despierte! Sáquenme de aquí, no aguanto ver inconsolables a papá y mamá; la aflicción de mis abuelos apenas les permite andar; mis hermanas y hermanos parecen muñecos de trapo.
Pareciera que todos están en trance, nadie quiere creerlo; ni yo misma.
¡Por favor, no me pongan en esa fosa! Te prometo, Dios mío, que si me das otra oportunidad seré la más cuidadosa del mundo, sólo quiero otra oportunidad más.
¡Por favor, Dios Mío, sólo tengo 17 años!
A pesar de ser buen profesional me despidieron... sabotearon mi puesto
by Luis Alberto Toledo
Tengo muchos problemas en mi casa con mis hijos, con mi mujer… la situación esta sumamente mal en mi hogar y en todo el país y ahora estoy buscando trabajo en todas partes pero nada, y nada. Estoy buscando de una cosa y otra, hasta de taxista me la he trabajado últimamente.
Hubo un cambio de gerente en mi trabajo y aunque yo estaba realizando un buen trabajo - porque el gerente tenia sus amistades y sus influencias, igual me despidieron del trabajo. En un momento me quede sin trabajo y realmente es una situacion muy desesperante.
Ese día que me despidieron, estaba en la oficina con mis compañeros y había muchos de ellos ya despedidos que se encontraban bastante deprimidos. Yo estaba completamente confiado que por lo que yo sabía tenía mi puesto asegurado y de que no me iban a retirar. Mire yo estaba en la oficina cuando de repente uno de los supervisores me manda a llamar y me dice pase a la oficina del jefe de personal… de un momento a otro al escuchar la noticia se me helo todo el cuerpo, ya yo imaginaba cual era la noticia porque ya varios habían pasado delante de mi un día anterior, otro día habían pasado varias.
Fui a la oficina del jefe y efectivamente era para despedirme. Es increíble un dia estar bien siendo gerente, y luego pasar a la lista de despedidos y listo...., no volví más a la empresa después de varios años de trabajo en la empresa.
Todos sabemos que esto se debe a que cada vez en las empresas por las amistades tratan de meter a su gente conocida los empresarios yo pienso que eso a sido todo el motivo porque como le digo yo estaba bien en mi puesto y de repente sacarme así como así, nunca creí que podía pasarme
lunes, 11 de octubre de 2010
El orgullo y gozo de papá y mamá...
La abuela de mi mejor amiga siempre me llamaba “esa buena y pequeña cristianita” cuando estaba en el tercer grado. Yo me orgullecía con ese comentario. Yo vivía para que mis padres estuviesen orgullosos de mí, y la obediencia hacia ellos era algo indiscutible. Supongo también que estaba orgullosa de ello, a pesar de que muchas veces sentía como si pertenecía a una pequeña minoría. Además, mi educación en la fe cristiana me ponía en una minoría aún más pequeña. El nombre de Jesús significaba algo completamente diferente para mí que para mis amigos. Ellos oían este nombre solamente cuando los adultos lo usaban para expresar sus frustraciones o disgustos. Para mí, este nombre era la razón de mi vida celestial en el futuro.
La rebeldía sin causa alguna...
Cuando era joven empecé a tener envidia de las libertades que tenían mis amigas. Y, en un intento para ser más independiente, me permití ser influenciada de diferentes modos. Me rebelé por medio de la forma de vestirme y de mi forma de hablar, y veía programas y escuchaba música que representaban ideas que tenían contrastes marcados con los morales que había aprendido. Por una u otra razón “esa pequeña y buena cristiana” había desaparecido. En retrospectiva, puedo ver que lo que realmente deseaba era la liberación de mi conciencia, y no la independencia y separación de mis padres. A pesar de todo esto, aún me preocupaba de no decepcionar a mis padres, ya que sabía que ellos confiaban en mí. Empecé a pensar en la clase de persona que quería ser. La “norma de seguir con la mancha” era más popular, pero extrañaba el calor que una vez sentí en mi vida.
El orgullo y el gozo del Padre...
Afortunadamente, tenía también algunos amigos cristianos. El 15 de mayo de 1989 mi primo me llevó a un concierto cristiano. Cuando se dio la invitación a dedicar nuestras vidas a Dios, era claro que el Señor me estaba pidiendo personalmente que decidiera lo que iba a hacer. Podía continuar haciendo las cosas a mi manera, o podía probar Su manera. Pensé profundamente acerca de esto lo más rápido posible ya que tenía sólo más o menos 60 segundos. Entonces respiré profundo y le dije a Dios, “Bueno, Señor, te escojo a ti. Toma control de mi vida, y todas mis malas costumbres”. En ese momento cambié. Es difícil explicarlo, pero nunca en mi vida había estado más feliz. Me auto-discipliné nuevamente, y de repente deseaba orar y leer la Biblia todos los días. Se siente tan bien vivir una vida agradable a Dios.
Su fidelidad dura para siempre...En los últimos 10 años he tenido muchas experiencias en mi vida. He perdido a personas queridas, he pasado por momentos con preguntas espirituales y he tenido conflictos personales. Por el otro lado, me casé con un hombre increíble, tengo la mejor familia y los mejores amigos del mundo, y tengo una maravillosa familia en mi iglesia. Dios me ha dado oportunidades para compartir mi fe con la gente alrededor del mundo, y nunca ha cesado de cumplir con las promesas que me ha ofrecido por medio de Su Palabra durante todo este tiempo. Ahora pienso que el mejor complemento que puedo recibir de alguien es de ser llamada “esa buena mujer cristiana.”
La rebeldía sin causa alguna...
Cuando era joven empecé a tener envidia de las libertades que tenían mis amigas. Y, en un intento para ser más independiente, me permití ser influenciada de diferentes modos. Me rebelé por medio de la forma de vestirme y de mi forma de hablar, y veía programas y escuchaba música que representaban ideas que tenían contrastes marcados con los morales que había aprendido. Por una u otra razón “esa pequeña y buena cristiana” había desaparecido. En retrospectiva, puedo ver que lo que realmente deseaba era la liberación de mi conciencia, y no la independencia y separación de mis padres. A pesar de todo esto, aún me preocupaba de no decepcionar a mis padres, ya que sabía que ellos confiaban en mí. Empecé a pensar en la clase de persona que quería ser. La “norma de seguir con la mancha” era más popular, pero extrañaba el calor que una vez sentí en mi vida.
El orgullo y el gozo del Padre...
Afortunadamente, tenía también algunos amigos cristianos. El 15 de mayo de 1989 mi primo me llevó a un concierto cristiano. Cuando se dio la invitación a dedicar nuestras vidas a Dios, era claro que el Señor me estaba pidiendo personalmente que decidiera lo que iba a hacer. Podía continuar haciendo las cosas a mi manera, o podía probar Su manera. Pensé profundamente acerca de esto lo más rápido posible ya que tenía sólo más o menos 60 segundos. Entonces respiré profundo y le dije a Dios, “Bueno, Señor, te escojo a ti. Toma control de mi vida, y todas mis malas costumbres”. En ese momento cambié. Es difícil explicarlo, pero nunca en mi vida había estado más feliz. Me auto-discipliné nuevamente, y de repente deseaba orar y leer la Biblia todos los días. Se siente tan bien vivir una vida agradable a Dios.
Su fidelidad dura para siempre...En los últimos 10 años he tenido muchas experiencias en mi vida. He perdido a personas queridas, he pasado por momentos con preguntas espirituales y he tenido conflictos personales. Por el otro lado, me casé con un hombre increíble, tengo la mejor familia y los mejores amigos del mundo, y tengo una maravillosa familia en mi iglesia. Dios me ha dado oportunidades para compartir mi fe con la gente alrededor del mundo, y nunca ha cesado de cumplir con las promesas que me ha ofrecido por medio de Su Palabra durante todo este tiempo. Ahora pienso que el mejor complemento que puedo recibir de alguien es de ser llamada “esa buena mujer cristiana.”
Mi historia personal

Había escuchado de Dios por primera vez por medio de mi mejor amiga. Al principio todo parecía ser un cuento de hadas. Pero había escuchado que la gente podía recibir la vida eterna con simplemente creer en Jesucristo. Sabía que estaba más y más cerca de la respuesta a la pregunta que me había atormentado toda mi vida. Descubrí que Dios ofrecía la vida eterna. Y a la edad de 18 años, regresé a los brazos de mi madre llorando, tal como lo hice durante mi niñez, sólo que esta vez las palabras eran diferentes, “Mamá, ya no le tengo miedo a la muerte. Cristo me ha dado la vida eterna.”
Ya han pasado cuatro años desde ese entonces. El gozo más grande que tengo es que toda mi familia, mis padres y hermanas, ahora creen en Cristo. Dios me ha mostrado un camino maravilloso y lo tomé. Este año me gradué de un Instituto Bíblico en Moscú. Deseo decirle a la gente de mi país acerca de nuestro gran Dios, que es amoroso, y que nos da amor, gozo, alegría, y sobre todo, significado en la vida.
Mi padres no me comprenden...mis amigos me dejan solo....

Quisiera que mis padres me dieran un poco más de su tiempo para que así yo no me sintiera sólo como me siento en este momento..., creo mis padres no me escuchan, me ignoran pienso que soy una carga para ellos..., me siento afligido, desesperado, siento un vació en el cual no sé como llenarlo quisiera tener un amigo que pueda acompañar mi soledad..., hay momentos en que siento que la vida no tiene sentido para mí, mis padres no se interesan por mí y mis hermanos a veces no me ayudan no quieren estar conmigo no me apoyan cualquier cosa ellos tratan de hundirme más y más.... estoy angustiado que puedo hacer....
Mi matrimonio no funciona...mi vida es un caos

Cada vez que quiero hablar con mi esposa se convierte en discusión y no se puede hablar, tengo hijos y mis hijos me sacan de quicio me ponen nervioso y siento que ya no puedo con ellos.
A veces pienso que la solución es agarrar mis maletas y escapar de esta situación porque no tengo paz y no tengo tranquilidad.
¿Cuándo empezó? No lo sé porque todo fue tan repentino que no recuerdo cuando comenzó toda esta situación. Creo que al haber necesidades en el hogar y que yo no puedo suplirlas hasta hoy, hace que mi esposa me presione y no sé que hacer en verdad yo soy un simple obrero y a veces me piden más de lo que yo puedo hacer.
Los problemas además son la falta de entendimiento, de comunicación, de compresión entre nosotros y el factor económico.
Realmente mi familia.. mi esposa, me trata como si fuera cualquier cosa. Cuando llego a mi casa es como si llegara cualquiera extraño y no yo. Lo que más me daña es que no me tomen en cuenta y no recibir ni una clase de cariño de ella ni amor que supuestamente para eso estamos casados...no?
Me cambiaron de puesto en el trabajo...y ahí comenzaron mis problemas

Me costo mucho aceptar que tarde o temprano la verdad tenia que mostrarse por si sola y el tiempo en que espere hasta que eso pase fue muy, muy duro. De pronto perdí la adicción al trabajo y el estrés empezó a apoderarse completamente de mí porque todo los trabajos que se ponían en mi para que yo tenga que realizarlos comenzaron cada vez a verse más grandes y yo más pequeña me sentía inútil, me sentía disminuida... sentía que nadie confiaba en mi y realmente estuve a punto varias veces de dejarlo y me dolió el hecho de no poder regresar a donde yo empecé desde un comienzo que era el lugar donde yo quería estar con la gente en el campo haciendo lo que yo sabia hacer de pronto tenia que estar encerrada en una oficina soportando la indiferencia de toda la oficina a mi alrededor, soportar que el equipo que estaba a mi cargo no me respete en lo absoluto, que no vea en mi ninguna clase de liderazgo y que vea yo los problemas económicos que había en el programa y que no era capaz de solucionar, entonces el estrés empezó a presionarme me dolía mucho la cabeza y me daba sueño casi todo el tiempo, quería estar en mi casa... empecé a faltar en el trabajo y empecé a tomarme diferentes excusas para tomarme vacaciones, fue realmente una temporada muy dura por la que he tenido que pasar.
Mi esposo nos dejo por otra mujer....

A raíz de esta separación tuve un tiempo en el cual yo no podía ni siquiera comer ni de vivir... no tenía ganas de salir adelante en nada, no me llamaba la atención nada mas que echarme a morir, quería que la vida se acabara ahí y yo le pedía a Dios "Señor llévame a mí y a mis hijas para que estamos aquí si todo se vino abajo, si el sueño de mi vida era tener un hogar, era tener una familia y ahora no tengo nada" y eso era día tras día, noche tras noche..., era tanta la desesperación tanta la angustia que había un momento en que realmente que decía Señor si yo no supiera que matar a mis hijas y a mi es un pecado yo lo haría, tenia tanta desesperación… que pude haberlo hecho
Yo fui hija única mis padres eran divorciados y yo no quería que mis hijas pasen por lo que yo había pasado entonces fue muy duro. El primer año vivir sola con mis hijas a sido tan duro para mi… yo no nunca me imagine que estar sin el papá de mis hijas iba a ser tan difícil por el mismo hecho que yo fui hija única he vivido con mis dos abuelas y mamá y de ellas pase al lado de mi esposo. Yo era una persona totalmente dependiente de la otra, siempre fui dependendiente de las otras personas y cuando me he visto sola no sabia como seguir adelante…
Cuando este problema sucedió, yo estaba viviendo en Santa Cruz y sentía que me estaba hundiendo, que me estaba muriendo.. así que tome en forma precipitada mi huida a la ciudad de La Paz, escapando de todo...., escapando de mi madre e incluso del padre de mis hijas que ya no vivía con nosotras. En La Paz estuve durante tres meses queriendo que me devuelvan un anticrético que yo tenia allí, para poder palear mi situación.., buscaba estar tranquila pero ni en La Paz hallaba paz porque estaba tan mal, tan mal a pesar de todo se supone que estaba lejos de mis problemas pero seguía mal, sentía que mi corazón estaba desecho que mi vida no servia para nada. Mi padrastro me habló y me dijo que tenia que volver aunque no quisiera tenia que volver a Santa Cruz porque no había la posibilidad de que me devolvieran mi anticrético.
Tuve que retornar y de una vez pensar tengo que trabajar tengo que sacar adelante a estas dos niñas obviamente mi marido nunca sé ha despreocupado de la parte económica siempre ha sustentado y ha dado para sus hijas pero yo no quería ser una mantenida de mis padres ni de mi marido y empecé a buscar trabajo después de mucho tiempo de estar sin trabajar volver a hacerlo en una ciudad donde no se conoce a nadie es difícil y cuesta y a mi me ha costado mucho… al principio noches de no dormir pensando que iba a hacer, ya que justo al papá de mis niñas lo habían cambiando de trabajo y su ingreso era mucho menor entonces eso quería decir que el ingreso periódico para la casa iba a ser mucho menor.
Costo bastante hasta que conseguí trabajo y desgraciadamente porque no le caía muy bien a la administradora en ese trabajo por que me parecía a otra persona que ella no le agradaba me retiraron del trabajo. Luego seguí buscando era desesperante porque en mi casa la presión de mi madre, quien me decía que tenia que trabajar y que tenía que buscar algo…pero yo tenia quien cuide de mis hijas… era difícil me costaba bastante por la falta de experiencia porque la experiencia que tenia en La Paz desgraciadamente no me servia aquí por que siempre me decían si has trabajado en La Paz aquí es diferente, me parecía sin sentido… conseguí otro trabajo me tenia que quedar ahí pero hubo un cambio en el trabajo, así que tuve que salir para que entre otra persona… yo en ese momento no entendía porque se me estaba quitando el sustento a mí y a mis hijas no era un ingreso grande pero era un ingreso que ayudaba bastante.
Luego de eso otra vez a buscar trabajo seguía buscando hasta encontrarlo nuevamente en una organización creo que ha sido el mejor trabajo que he tenido en mi vida, me ha permitido conocer a gente muy buena.
Durante todo este tiempo he tenido el proceso de que con mi esposo nos hemos empezado nuevamente a acercar… hemos empezado un tiempo de cambio en nuestra casa en nuestra vida ya como pareja, volvimos a vivir juntos y ahora estamos en un tiempo de mejoramiento como personas si se puede decir, yo lo único que trato es de hacer que este cambio sea bueno porque aun hay dolor..., me duele recordar los momentos difíciles, me duele recordar los rostros de mis hijas llorando y yo llorando desesperadamente, es difícil cuesta pero con Dios todo se puede...
Me siento culpable del divorcio de mis padres

A mí personalmente me echo al piso, realmente no encontré consuelo durante mucho tiempo porque no había donde encontrarlo ni los amigos, ni la bebida, ni las mujeres podían compensar el hecho de que mis padres se hayan divorciado, para mí fue completamente difícil....
Suscribirse a:
Entradas (Atom)